domingo, 29 de agosto de 2010

En búsqueda de la respuesta 1



Hoy no quise pedirte nada, hoy quise dejar de lado mis preguntas, mi insistencia, mi persistencia con el mismo tema de todos los días.

Hoy quise disfrutarte, decirte que te amo, que eres todo lo que necesito, que eres bello y hermoso, que estoy enamorada de ti.

Hoy simplemente entré a tu habitación y corrí a abrazarme de tus pies pero tu me levantaste y me sentaste sobre tus piernas, me acurrucaste en tus brazos y me tuviste cerca del calor de tu pecho.

Hoy me rodeaste con tu dulzura, tu amor y esa ternura infinita de la que sólo tu eres el dueño.

Hoy peinaste mi cabello y me llenaste de paz. Hoy tocaste mi mejilla y susurraste a mi oido palabras de amor a mi corazón.

TODO ESTARÁ BIEN MI NIÑA, TE AMO. TODO ESTARÁ BIEN... y no necesité más.

Es contigo con quien soy plena, soy amada, soy feliz.

Confio en ti, sé que así será y todo estará bien. Mi corazón aun anhela ver el camino y saber las respuestas a sus inquietudes, pero mi alma y mi espíritu fueron saciados con ese toque de amor.

Sí Señor Jesús, todo estará bien... si tu estás conmigo: todo estará bien.

sábado, 28 de agosto de 2010

Es realmente tan importante?



Lo más importante no es tener las letras de las canciones ni llevar el uniforme, lo más importante no es la cooperación semanal ni el llegar una hora antes. Es importante? Si, pero no es lo más importante ni lo principal. Háblame de lo importante cuando me hables de la oración en unidad, de la consagración, de la ministración, del amor fraternal, del anhelo por Su presencia y la vida en santidad más que de una nota bien colocada, una guitarra bien afinada o una batería matizada.

Soy la primera en creer en la excelencia. Así empezó mi ministerio. Lo primero que le dije a Dios, literalmente, fue: Señor, si tu quieres que yo te cante entonces hazme cantar bien, porque para ofrecerte porquerías, mejor no te ofrezco nada. Las cosas, o se hacen bien, o no se hacen y para Dios, se hacen excelentes.

Es cierto que aun falta mucho por avanzar, por aprender, por hacer y por crecer. Musicalmente, basta con ver a Hillsong en concierto… espiritualmente, me voy a mis recuerdos, pues aunque Hillsong sigue siendo un buen ejemplo, me quedo con mi experiencia del pasado, que muchas veces, añoro otra vez.

Cuando entiendes lo que sucede en la adoración a Dios, tu papel y lo que Dios está haciendo, no necesitas aprender de nadie lo que es la reverencia, la expresión, la santidad, el respeto por los horarios y por los tiempos… el mismo Espíritu de Dios te lo enseña. A mi nadie me enseñó, sino El.

Es bien cierto que hay que cuidar tener la actitud correcta, pero eso tampoco se ensaya ni se imita, pues cuando realmente sabes a quien adoras no necesitas fingir que cierras los ojos y levantas las manos, simplemente lo haces porque no tienes más que dar que no seas tu mismo enteramente. No me digas que no ponga cara de dolor o de llanto cuando es Dios mismo el que me lo está haciendo sentir. No me digas que mi cara no exprese el gemir que viene desde mi espíritu rogando por la manifestación de su gloria y fuego consumidor.

No me digas que me controle cuando me ha costado tanto entender cómo darme por completa y dejar que tome El el control de mi. No miento cuando digo que sé cuidar el desarrollo del tiempo de la alabanza y adoración, que sé cuidar las entradas, los coros, los tonos y los silencios, todo sin descuidar mi conexión con el Espíritu Santo.

No me pidas que cuide el movimiento de mis brazos, o la expresión de mi cara como si todo se tratara de una actuación. No me vengas a comparar con alguien que lo hace para el mundo, pues si de actuación se trata, yo soy la primera en explicarte. Yo puedo hacerte creer que he pasado por los golpes y el maltrato cuando nunca en mi vida he sentido un golpe. La interpretación del mundo, es actuación, es falsedad; no me compares, lo mío es autenticidad y es para Dios.

A Dios no le molesta mi rostro entregado, por qué a ti si? A Dios no le molesta que desafine cuando las lágrimas que corren son provocadas por El mismo, por qué a ti si te molesta? Alguna vez dejarás de ver lo superficial para ver lo realmente importante? Alguna vez pondrás primero lo que le gusta al corazón de Dios antes de lo que le gusta a tus ojos?

Te parece exagerado? A mucha gente le llama la atención y se esfuerza por conseguir sentir lo que yo estoy sintiendo. Te parece extraño? Te parece feo? Te aseguro que a ti es al único al que le molesta. ¿Quieres conseguir de mi, de nosotros, un rostro ecuánime, con paz y equilibrio, entonces déjame acostumbrarme a la unción y a la presencia. Mientras más me expongas a ella, más me acostumbraré y soportaré más, por ahora, déjame desbaratarme y derretirme en sus manos. Preocúpate primero por que ese manto de poder descienda todas y cada una de las veces sobre nosotros, ya después tendrás tiempo para preocuparte por qué cara ponemos ante ese fuego.

Lo importante, es lo importante.

Algunos de los que empiezan me preguntaron: Y entonces, yo no entiendo, cuando esté ministrando tengo estar cuidando más mi rostro o sentir a Dios?. Qué no te das cuenta de lo que dices y de lo que enseñas? Yo comparto lo que sé, lo que sé que le gusta a Dios, por lo que mi respuesta es y será siempre otra pregunta: Tu ¿a quién buscas agradar, a Dios o a los hombres? La respuesta a esto te dará la respuesta a lo primero. Por supuesto, yo agrado primero a mi Señor.

Lo importante, siempre será lo importante.

Alguna vez me robaste mi libertad con tu lengua, me robaste el gozo de alabar atándome a tus propias cadenas, alguna vez me cortaste mi libre y pleno acceso a disfrutar de las delicias de mi Señor. Alguna vez me dejé derrotar por ti y aun no me levanto. Por favor, no te atrevas a hacérselo a quienes apenas comienzan, a quienes se acaban de sentar a disfrutar del banquete del Rey. No cautives a quienes comienzan a disfrutar de libertad.

Lo importante, es el importante.

A mi me importa este ministerio porque es de El, a mi me importa el nivel de adoración porque es para El, a mi me importan Sus asuntos porque son Suyos, a mi me importa todo de El, porque lo importante es El.

A mi me importas Tu.

viernes, 27 de agosto de 2010

Pláticas de mesa



Durante la comida, difícilmente hago algún comentario a menos que crea que voy a marcar alguna diferencia. Por lo demás, me limito a ser simple acompañante y oyente, y a reírme de vez en cuando de los comentarios graciosos.

Siempre he tratado de estar alerta de cualquier oportunidad que se presente para hablar de mi Dios, de mi Jesús, del pecado y la santidad, de su sanidad y su poder pero en todo este tiempo esas oportunidades han sido tan pocas que sólo recuerdo dos.

A veces es difícil hablar cuando sabes que lo que vas a decir va como golpe directo hacia alguien ahí presente y, aun sabiendo que lo que dices es verdad, hay que tener tacto para hablar y no ofender y también de procurar no cerrar la puerta a futuras oportunidades de compartir de Dios a los demás. El amor y la misericordia es algo que nunca debe faltar en nuestra boca. Es como el toque de sal a la comida.

Esta vez el comentario fue totalmente impersonal: “y que tal que te enteraras que tu ex - pareja ahora es homosexual”. Llegué a la mitad de la conversación y fue todo lo que alcancé a escuchar. Dado que suelen “limitarse” de ciertos temas en mi presencia, se hicieron comentarios de justificación para tan “grave” tema de conversación, pero para sorpresa suya –y mía- no lo pensé dos veces para continuar el tema de conversación y así, sin meditarlo mucho, comencé a hablar de la naturaleza pecaminosa de los hombres, de cuán placentero es el pecado y cuánto le gusta a nuestra carne lo malo. Es así; portarse mal es fácil, lo difícil y lo que es verdaderamente para valientes es obedecer a Dios. Con términos sencillos, nada rebuscados ni espiritualizados comencé a hablar sobre lo envolvente que es el pecado, de cómo uno comienza de a poco y cada vez te permites dar un paso más y otro y otro hasta llegar a un punto de maldad y depravación que no se parece en nada al uso natural de las cosas como Dios las diseñó. Les dije de cómo muchas veces la condición homosexual se presenta desde la infancia, pero muchas veces se desarrolla en la madurez, cuando el uso natural de las cosas no es suficiente y se comienza a experimentar con más cosas que abren puerta a querer más y más en cantidad y en distorsión. Al cuerpo le gusta el pecado, eso es lo atractivo. El pecado es placentero! Y a nosotros nos gusta y siempre querremos más.

Un pedófilo no empieza siendo así. Probablemente en un principio comenzó a tener sexo ilícito con quien no fuera su pareja, o fuera del matrimonio, tal vez después agregó la pornografía, después la masturbación, después fueron varias mujeres al mismo tiempo y cuando ellas no fueron suficiente comenzó a experimentar con hombres también o se saltó esto último para ir directamente hacia los niños. En ese orden, no lo sé. Todo el pecado comienza así, como bola de nieve, comienzas con un poco y vas añadiendo.

Al final mis oyentes cambiaron de opinión y después de haber empezado diciendp que uno “nace” así y no puedes “transformarte” en el camino, terminaron dándome la razón.

Por encima de la mesa, seguí sonriendo y comiendo; por debajo de la mesa, los músculos de mis piernas estaban contraídos, señal para mi de que Dios respaldaba mis palabras y se agradaba y me usaba con lo que yo decía, que finalmente no era yo hablando, sino El. Me puso muy feliz sentir el voto de aprobación de Dios =)

Yo no sé porque Dios me llevó a hablar así, tan directo, tan sin pena, tan específico. No sé para quien o para qué era esa palabra, hubo quien se quedó pensativo y hubo quien cambió el tema tan rápido como pudo, lo que pudiera darme ciertas respuestas, pero sólo Dios sabe.

Me gusta que Dios me use.

jueves, 26 de agosto de 2010

Por la fe... Hebreos 11



Hebreos 11 habla de la fe, de los héroes de la fe.

Tengo esta oración en los labios desde semanas atrás, tantas dudas, tantas preguntas y ruegos por una pronta respuesta y una confirmación.

Hebreos 11 habla de la fe y lo que significa estar seguros de algo que todavía no vemos por donde va a llegar. Habla de personas que recibieron instrucción de Dios y, aunque su razón no entendía ni sus ojos veían el camino, ellos andaban, caminaban persiguiendo esa instrucción, esa promesa. Gente que construyó un arca en espera de una lluvia cuando nadie había visto nunca caer una gota del cielo, gente que vio guerra pero esperaba victoria, gente avanzada de edad que aun esperaba procrear un hijo. Y es aquí donde me detengo.

Sara era vieja y tenía el sueño de ser madre, sueño que Dios le prometió cumplir. No quiero profundizar en la etapa de incredulidad y detalles de este relato porque lo que me habla hoy, es el cumplimiento de esa promesa. Dios no sólo le prometía a su hijo, sino que además le habló sobre las grandes cosas que haría con él, le habló de su propósito y del impacto que tendría este niño no sólo en su generación, sino en las venideras.

Puedo entender a Abraham y a Sara cuando entregaron a la muerte a su hijo; puedo entender su acto de obediencia a Dios, hasta cierto punto un acto de sacrificio; puedo entender que a pesar de haber tenido la promesa de que su hijo tendría un propósito en el futuro, lo entregaran a Dios porque El así se los pedía; puedo entender cómo en el fondo de su corazón, sabían que Dios haría algo, confiaban en Su palabra y que si El había dicho que habría un futuro, entonces lo habría, así se tratara de matar y luego ver volver de entre los muertos a su pequeño. Pero de que la promesa se cumpliría, se cumpliría.

Siempre he creído en que Dios es fiel a su palabra y que si El lo dice, lo cumple.

Al leer esos versos de pronto creí entender. Hubo una promesa, un propósito, que aunque mis ojos hoy no lo ven, seguía estando ahí.

Hebreos 11 habla de fe, de héroes de la fe, que caminaron persiguiendo una promesa, gente que sin ver creyó.

Cuando creí avanzar, de pronto me vi de nuevo en el mismo lugar, pues momentos después de sentir que la respuesta me había iluminado, tuve la misma sensación cuando leí: Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido; Hebreros 11.39

Primero fue la sensación de correr y andar por fe creyendo en la promesa.
Luego fue la sensación de que le he probado a Dios mi fe y he dado buen testimonio de ello, que fue prueba superada y es tiempo de ir hacia otra cosa.

Como quien dice: me quedé en las mismas.

Me quedo quieta, hago preguntas aun sin respuestas, espero, confío y sonrío.
Hágase Tu voluntad.

sábado, 7 de agosto de 2010

Este es mi tiempo

Estoy llegando de cantar. Aun no sé la cantidad exacta de asistentes durante estos 2 días pero si fueron algunos cientos. Me bastó cantar 2 canciones frente a esa multitud para quedar no solo asombrada sino convencida de que aquel sueño y aquella palabra que Dios me dio hace unos tres años sigue en pie.


Vengo más que cansada, más que afónica, muy feliz y contenta y sobre todo agradecida porque mi Dios es el Dios más hermoso, más lindo, más asombroso, poderoso y sublime. No hay nadie como El. No hay dios como mi Dios. El es el Dios creador del universo, El es aquel que sostiene el universo en sus manos y conoce cada estrella, El es el eterno, el que es en el principio y será en el final, El es Dios, el gran Yo Soy. Y yo, soy su sierva y mejor aun, su hija consentida.

Gracias!!

miércoles, 4 de agosto de 2010

Para El, no para ellos... vale la pena!



Muchas son las veces cuando en nuestro corazón nace una idea, un proyecto, las ganas de hacer algo que sirven para edificar o para extender el reino de Dios en nuestras vidas o en las de quienes nos rodean.


Diría sabiamente mi mamá que "nosotros no somos tan buenos ni tan inteligentes para tener esas ideas, simplemente es Dios poniendo su corazón en el nuestro" y es verdad.


Algo que he aprendido en el servicio a Dios es que cuando mayor es la bendición, mayores son los obstáculos que se presentan en el camino. El diablo no quiere que la bendición de llegue, el diablo quiere matarnos, robarnos, destruirnos y para ello -como el excelente estratega que es- analiza muy bien su objetivo -o sea nosotros- y nos estudia al punto de que conoce bien cuales son las partes débiles, cuales son los puntos que más nos afectan, nuestra pata flaca y es ahí donde nos ataca: donde más nos duele; y por lo general, la eficacia del ataque es mayor cuando los medios que usa son las personas que tenemos cerca, a las que queremos, a las que admiramos, las que de alguna manera en ellas confiamos. ¿Cuántas veces te has dejado usar por el enemigo para dañar a otros? La respuesta es fácil, nos dejamos usar cuando nos permitimos tener actitudes y comentarios que lastiman, cuando molestamos a otros, cuando corremos un chisme o cuando no lo detenemos, cuando negamos el abrazo o cuando negamos el perdón. Cada una de estas veces por lo menos una persona resultó afectada.


Pero ¿qué pasa cuando eres tú quien se dolió, quien fue ofendido, o lastimado? Simplemente nos alejamos para llorar a solas o buscar consuelo, solemos decir que no queremos meternos en más problemas y evitamos el asunto lo más posible, evitamos hablar del tema y aun evitamos a las personas. En esta situación es cuando en un acto de supervivencia nos alejamos del camino por donde ibamos, pues encontramos dolor en él.


Cuando nos alejamos, cuando desistimos y tiramos la toalla ante ese deseo que Dios había puesto en tu corazón, el enemigo festeja de haberte robado a ti y a los demás la bendición.


Hoy quiero decirte que cuando esto pase, lejos de salirte del camino... defiendas tu lugar. Recuerda que fue Dios quien puso su corazón en el tuyo, fue Él quien te eligió a ti para llevar a cabo algo que impactará por lo menos una vida. No permitas que el enemigo te robe tu lugar. Dios confió en ti y en tu capacidad para hacerlo, Dios sabía que impactarías alguna vida y debemos seguir adelante. Deja de ver a las personas a tu alrededor, deja de escuchar los comentarios que te critican, que te lastiman... acuérdate que lo que haces lo haces para agradar a Dios y no a los hombres, haz lo que tienes que hacer, hazlo para El.


A veces dejamos de ver la cruz, quitamos nuestra mirada de la cruz para ponerla en nosotros mismos, en nuestros problemas, en las burlas, las críticas, los malos comentarios que desaniman, que lastiman y que humillan, y nos olvidamos que El tambien sufrió ese dolor y humillación. El pudo salirse del camino también, abandonar la misión, pero El sabía que estaba ahi por una misión encomendada por el Padre y que estaba ahi para cambiar las vidas de muchos. El sabía que valía la pena pasar toda aquella horrible situación; aun si todo aquello hubiera sido para impactar una sola vida, aunque sólo fuera por ti, El lo hubiera pasado, pues El sabe que vale la pena. Una sola vida que cambia su destino en la eternidad, vale la pena.


Dios te dice hoy que vale la pena pasar por lo que estas pasando, vale la pena el trabajo, el dolor, las lágrimas, los chismes y las críticas. Vale la pena si con eso Dios usará tu vida para impactar otra. Lo hacemos por El, por su obra, por su reino. Es por El y por nadie más. Míralo a El, que nada te importe, sólo El, mirarlo a El, ser aprobado por El aunque los hombres no te aprueben. Vale la pena!

martes, 3 de agosto de 2010

Helado del bote



Hoy hice por primera vez algo que siempre había querido hacer.
Abrí el congelador, escogí el sabor de lado que más me gusta, tomé una cuchara grande y me comí todo el helado directo del bote mientras veía televisión.

Hoy descubrí que uno puede hacer eso de vez en cuando sin necesidad de estar deprimida -aunque hay motivos porqué estarlo-

 
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