Un pastor visitó a uno de sus miembros. Después de tocar la puerta un buen rato, nadie salió. El pastor se fue, dejando su tarjeta con la cita bíblica de Apocalipsis 3:20: "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, cenaré con él, y él conmigo." De rato, salió el hermano y vio la tarjeta. Se fue a buscar al pastor, pero tampoco lo encontró, a lo que también dejó su tarjeta con la cita de Génesis 3:10: "Escuché tu voz en el jardín, pero me escondí, porque estaba desnudo."
¿Por qué Eva no trabajó nunca? Porque vivió a costillas de Adán.
Había un pastor que era fanático de jugar gallos. Para poder jugar, él se fue a una gallera bien lejos, donde nadie lo conociera. Cuando iba a poner el gallo a jugar, salió alguien que dijo, "Yo le apuesto 500 al del pastor."
En un culto, el pastor le dijo a una hermana que pasara a decir un texto. Como ya saben, casi todos nos ponemos nerviosos cuando pasamos. Así también esta hermana estaba muy nerviosa, pero pasó, y dijo, "Hermanos, voy a decir un texto." Muy nerviosa, ella recitó: "Todo lo puedo en filipenses que me cuatro trece."
Un joven predicaba por primera vez. Cuando él decía que Jesús fue a Samaria en un avión, el pastor le corrigió secretamente: "En ese tiempo no existían los aviones." Así el joven mencionó un sinnúmero de viajes aéreos en helicóptero, avioneta, etc., mientras el pastor le corregía. Ya cansado de escuchar al pastor, el joven dijo enfurecido: "¿Y quién me enseñó que Poncio era piloto?"
Un loro fue entrenado para predicar. El domingo la iglesia estaba llenísima para ver al loro dar la palabra. Intimidado por el público, el loro se quedó callado en el púlpito, arrastraba su pico de un lado para el otro, hasta que su entrenador dijo: "Predica loro, que si no lo haces, te quito todas tus plumas y te pongo con las gallinas." Inmediatamente el loro miró a toda la iglesia y dijo: "¡Hermanos! Vamos a orar, que el enemigo ya empezó a manifestarse."
Había dos hermanos de la iglesia. Uno de ellos trabajaba en una carnicería. Llegó el hermano a la carnicería y le dijo al empleado: "Hermano, ¿me fía dos kilos de carne?" El empleado le dijo, "No puedo." Le dijo el otro: "Pero somos hermanos." El empleado le contestó, "Somos hermanos en el Espíritu, pero no en la carne."
Un niño de cinco años aprendió sobre la creación en la escuela dominical. Aprendió que Dios creó al hombre (Adán) y a la mujer (Eva) de la costilla del hombre. La siguiente semana se le presentó un dolor al niño en el costado. Su mamá le preguntó que le pasaba, y él le contestó, "Creo que voy a tener una esposa."
El nuevo pastor comenzó su sermón. La iglesia estaba llena, y el calor de verano casi no se aguantaba. A la media hora el pastor decía, "Por eso nosotros DEBEMOS bla, bla, bla." A la hora: "Y NO PODEMOS bla, bla." A la hora y media los hermanos estaban super cansados. Cuando iban a ser ya dos horas que duraba el mensaje, entró una rana por la puerta, que estaba abierta por el calor. La rana saltó por el pasillo y se paró frente al púlpito. El pastor exclamó, "¿Qué significa esta rana?" De la última banca se escuchó un grito, "¡¡Que deeejes ir a tu pueeblooo!!"
Niños, ¿a qué le tienen miedo?" preguntó el maestro de escuela dominical, para introducir a su clase al tema. Jaime respondió, "Yo le temo al 'malamén.'" El maestro, extrañado, le preguntó, "¿Qué es eso?" Jaime lo miró y le dijo, "No estoy muy seguro, pero debe ser terrible, por que mi mamá siempre dice al final de su oración, 'líbranos de tentación y del mal-amén.'"
Comenzó a predicar un pastor y decidió hacer una encuesta en esa noche para ver cuantos hermanos miraban la televisión. Preguntó el pastor: "¿Cuántos hermanos de aquí ven al Chapulín Colorado? Por favor levanten sus manos." Nadie levantó su mano. Entonces dijo el astuto pastor; "Está bien, yo me daré vuelta y no miraré quienes son los que levantan sus manos." Y volvió hacer la pregunta, "¿Cuántos miran el programa del Chapulín Colorado?" Y como el pastor no estaba mirando, pues tenía su espalda hacia la congregación, casi todos levantaron sus manos. Entonces el pastor, se volteó a tiempo para ver todas las manos levantadas, y dijo: "¡No contaban con mi astucia!"
Un policía le hizo una cacería de brujas a un joven delincuente. Al tenerlo, él lo miró, le gritó voz de alto, y sin medir palabras, le disparó tres veces por la espalda. Milagrosamente, el arma se le "encasquilla" (no disparó), y el delincuente huyó. Pasado unos dos años, ambos se convirtieron a Cristo. El mismo año y en la misma iglesia, se abrazaron, lloraron y el ex-delincuente le dijo, "¡Tú me querías matar!" El ex-policía le respondió: "¡El diablo, hermanito, el diablo!"
¿Por qué Eva no trabajó nunca? Porque vivió a costillas de Adán.
Había un pastor que era fanático de jugar gallos. Para poder jugar, él se fue a una gallera bien lejos, donde nadie lo conociera. Cuando iba a poner el gallo a jugar, salió alguien que dijo, "Yo le apuesto 500 al del pastor."
En un culto, el pastor le dijo a una hermana que pasara a decir un texto. Como ya saben, casi todos nos ponemos nerviosos cuando pasamos. Así también esta hermana estaba muy nerviosa, pero pasó, y dijo, "Hermanos, voy a decir un texto." Muy nerviosa, ella recitó: "Todo lo puedo en filipenses que me cuatro trece."
Un joven predicaba por primera vez. Cuando él decía que Jesús fue a Samaria en un avión, el pastor le corrigió secretamente: "En ese tiempo no existían los aviones." Así el joven mencionó un sinnúmero de viajes aéreos en helicóptero, avioneta, etc., mientras el pastor le corregía. Ya cansado de escuchar al pastor, el joven dijo enfurecido: "¿Y quién me enseñó que Poncio era piloto?"
Un loro fue entrenado para predicar. El domingo la iglesia estaba llenísima para ver al loro dar la palabra. Intimidado por el público, el loro se quedó callado en el púlpito, arrastraba su pico de un lado para el otro, hasta que su entrenador dijo: "Predica loro, que si no lo haces, te quito todas tus plumas y te pongo con las gallinas." Inmediatamente el loro miró a toda la iglesia y dijo: "¡Hermanos! Vamos a orar, que el enemigo ya empezó a manifestarse."
Había dos hermanos de la iglesia. Uno de ellos trabajaba en una carnicería. Llegó el hermano a la carnicería y le dijo al empleado: "Hermano, ¿me fía dos kilos de carne?" El empleado le dijo, "No puedo." Le dijo el otro: "Pero somos hermanos." El empleado le contestó, "Somos hermanos en el Espíritu, pero no en la carne."
Un niño de cinco años aprendió sobre la creación en la escuela dominical. Aprendió que Dios creó al hombre (Adán) y a la mujer (Eva) de la costilla del hombre. La siguiente semana se le presentó un dolor al niño en el costado. Su mamá le preguntó que le pasaba, y él le contestó, "Creo que voy a tener una esposa."
El nuevo pastor comenzó su sermón. La iglesia estaba llena, y el calor de verano casi no se aguantaba. A la media hora el pastor decía, "Por eso nosotros DEBEMOS bla, bla, bla." A la hora: "Y NO PODEMOS bla, bla." A la hora y media los hermanos estaban super cansados. Cuando iban a ser ya dos horas que duraba el mensaje, entró una rana por la puerta, que estaba abierta por el calor. La rana saltó por el pasillo y se paró frente al púlpito. El pastor exclamó, "¿Qué significa esta rana?" De la última banca se escuchó un grito, "¡¡Que deeejes ir a tu pueeblooo!!"
Niños, ¿a qué le tienen miedo?" preguntó el maestro de escuela dominical, para introducir a su clase al tema. Jaime respondió, "Yo le temo al 'malamén.'" El maestro, extrañado, le preguntó, "¿Qué es eso?" Jaime lo miró y le dijo, "No estoy muy seguro, pero debe ser terrible, por que mi mamá siempre dice al final de su oración, 'líbranos de tentación y del mal-amén.'"
Comenzó a predicar un pastor y decidió hacer una encuesta en esa noche para ver cuantos hermanos miraban la televisión. Preguntó el pastor: "¿Cuántos hermanos de aquí ven al Chapulín Colorado? Por favor levanten sus manos." Nadie levantó su mano. Entonces dijo el astuto pastor; "Está bien, yo me daré vuelta y no miraré quienes son los que levantan sus manos." Y volvió hacer la pregunta, "¿Cuántos miran el programa del Chapulín Colorado?" Y como el pastor no estaba mirando, pues tenía su espalda hacia la congregación, casi todos levantaron sus manos. Entonces el pastor, se volteó a tiempo para ver todas las manos levantadas, y dijo: "¡No contaban con mi astucia!"
Un policía le hizo una cacería de brujas a un joven delincuente. Al tenerlo, él lo miró, le gritó voz de alto, y sin medir palabras, le disparó tres veces por la espalda. Milagrosamente, el arma se le "encasquilla" (no disparó), y el delincuente huyó. Pasado unos dos años, ambos se convirtieron a Cristo. El mismo año y en la misma iglesia, se abrazaron, lloraron y el ex-delincuente le dijo, "¡Tú me querías matar!" El ex-policía le respondió: "¡El diablo, hermanito, el diablo!"
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