Entre la desesperación de no poder ayudar a quien amas; ver las cosas que están mal y no poder cambiarlas; la incomodidad de un ambiente que oprime y paraliza; el no escuhar nada y andar sin la estrategia; y la falta de organización para hacer lo que tengo que hacer: El mundo se me venía encima.
A veces uno sabe -o cree saber- qué es lo que se necesita y lo que queremos, y bien o mal lo pedimos confiando que hemos dictado bien las instrucciones y que Dios lo hará. Yo ni a eso llegaba. Simplemente cerraba mis ojos y decía "Papá!" para romper a llorar, simplemente sin saber que o porqué pedir. Solo podía decirle "Solucionalo tú" porque yo ni siquiera sabía si había que quitar o poner, si dar o pedir, si subir o bajar, si más o si menos. No lo sabía y aun no lo sé.
Después de las lágrimas siempre llega esa paz, donde de pronto todo parece que ha terminado y forma parte del pasado, donde no recuerdas la preocupación ni la gravedad del asunto, donde es casi como sentirlo acariciando tu cabello y cantandote la canción de cuna que te arrulla y entonces, en el umbral del sueño y el descanso, lo vi.
Era una colina alta, tan alta que no podía ver lo que había detrás de ella ni el paisaje que ocultaba ni mucho menos la continuación del camino. Yo iba subiendo por el camino con algo de distancia ya recorrida tras de mi. Al lado derecho del camino había casas y pastos, al lado izquierdo del camino la colina se terminaba, se cortaba de tajo y era sólo un precipicio. Sin oir palabra sin ver nada más, ni siquiera movimiento, de pronto yo sabía lo que aquella visión significaba:
Sigue subiendo, sigue andando el camino. Cuando llegues arriba de la colina entonces podrás ver lo que hay detrás de ella, podrás ver el panorama completo desde arriba y sobre todo podrás ver hacia donde se dirige el camino y qué rumbo toma aun sin recorrerlo todavía; entonces dirás "Ah! para esto era necesario vivir y pasar lo otro y aquello. Ahora entiendo el plan de Dios". Mas si te sales del camino, te caes al precipicio.
Practicamente fue un "sigue por donde vas, avanza y aguanta un poco más, esfuerzate y no te desvies".
Yo entonces sigo subiendo, aun sin ver ni saber porqué o para qué, me esfuerzo e intento llegar a la meta y digo Amén a eso.
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