sábado, 25 de agosto de 2012

Salmo 1: 2-3


A veces queremos revelaciones instantáneas, respuestas al momento. Es verdad que la palabra de Dios es vida y habla a nuestros corazones y no regresa vacía. Pero no siempre nos habla. A veces, la respuesta viene a nosotros en el silencio, en la oración, en la adoración, en los sueños.

Es necesario no frustrarnos cuando se estudia la biblia día y noche y no llega -esa- respuesta que esperamos instantáneamente, sino que hay que dejar que Dios trabaje, que prepare la tierra, la abone, llene el depósito y llegado el tiempo, cuando el árbol haya crecido, entonces veremos mucho fruto!

La palabra es el alimento para crecimiento, es agua viva, es semilla. Un árbol para crecer necesita mucho tiempo y muchos nutrientes y mucho riego. El agua viva, ríos del Espíritu Santo.

Palabra + Espíritu Santo = crecimiento -> fruto

Los malos no son árboles, no están bien agarrados y se vuelan como polvo al primer viento. Las ramitas secas también se vuelan. Los que no permanezcan, no estarán en el día de los justos.

jueves, 19 de enero de 2012

No te detengas



¿Qué es la fe?

Hebreos 11:1- Es pues la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.



Una de las maneras en que ejercitamos nuestra fé es a través de la oración por el sólo hecho de saber con seguridad que Dios nos está escuchando, y no sólo eso, sino que es capaz de hacer posible nuestras peticiones. Sin embargo, muchas veces nos topamos con que pedimos y pedimos en oración y no pasa nada; recurrimos al verso que dice "Todo lo que pidieres en oración, creyendo, el Padre lo concederá" y entonces ¿qué pasa? ¿por qué no se cumple mi deseo? Nos olvidamos que la biblia también dice que "no recibimos porque no pedimos, y si pedimos, pedimos mal". Y entonces ¿cómo es -pedir bien-?



Lo que nosotros pedimos y esperamos que Dios haga debe estar en armonía con lo que Él quiere para nosotros: Su voluntad. Si pedimos conforme a su voluntad, ten por seguro que se te concederá. Se trata de pedir y tener fé en que las promesas de Dios para nosotros serán cumplidas, simplemente porque Dios no miente. "El no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta". El tip: Pide conforme a su voluntad, pide en sintonía con lo que te prometió. ¿Y cómo sé que me prometió? Leyendo su palabra!! Cuando nos llenamos de su Palabra, conocemos Su mente y Su corazón sabemos cómo es Dios y qué quiere para nosotros y los nuestros. Debemos renovar nuestra mente y comenzar a desear lo que Dios desea y entonces estaremos alineados con Su Espíritu y el propósito será cumplido.



La FE se mueve en el rhema. Tenemos que hacer VIVAS las promes de la Biblia, darles un sentido y la seriedad con la que Dios las hizo y entonces, caminar sobre ellas, con certeza, con convicción, a pesar de las circunstancias, a pesar de la situación y muy a pesar de lo que nuestros ojos naturales ven. Andamos por FE y NO por VISTA. Y es que no tiene el mismo impacto hablar de un Dios que provee en medio de la pobreza a decir que Dios me provee, cuando vivo en una posición acomodada. Dios permite esas dificultades y esos obstáculos para probar nuestra Fé y confianza en Él. Así pues, cuando nos encontremos en medio de la adversidad debemos activar nuestra Fé y ver en ella lo que Dios quiere arreglar o formar en nosotros, sabiendo que TODAS las cosas ayudan a bien a quienes le amamos.



La diferencia ante la tempestad siempre la hará la Fé. Ante el obstáculo, el hombre SIN fe se DETIENE, pero el hombre DE FE, AVANZA!



El hombre de fe no es que NO tiene PROBLEMAS... es que VE A TRAVÉS de los problemas. No veas con tus ojos carnales, sino con los ojos de Dios.



Tu fé se mide por lo que ven tus ojos. ¿Qué ves tú?... ¿Qué ve Dios?

sábado, 12 de noviembre de 2011

EL EXTRAÑO

Unos cuantos años después que yo naciera, mi padre conoció a un extraño, recién llegado a nuestra pequeña población.

Desde el principio, mi padre quedó fascinado con este encantador personaje, y enseguida lo invitó a que viviera con nuestra familia.
El extraño aceptó y desde entonces ha estado con nosotros.
Mientras yo crecía, nunca pregunté su lugar en mi familia; en mi mente joven ya tenía un lugar muy especial.
Mis padres eran instructores complementarios:
Mi mamá me enseñó lo que era bueno y lo que era malo y mi papá me enseñó a obedecer.
Pero el extraño era nuestro narrador.
Nos mantenía hechizados por horas con aventuras, misterios y comedias.
El siempre tenía respuestas para cualquier cosa que quisiéramos saber de política, historia o ciencia.
¡Conocía todo lo del pasado, del presente y hasta podía predecir el futuro!
Llevó a mi familia al primer partido de fútbol.
Me hacia reír, y me hacía llorar.
El extraño nunca paraba de hablar, pero a mi padre no le importaba.
A veces, mi mamá se levantaba temprano y callada, mientras que el resto de nosotros estábamos pendientes para escuchar lo que tenía que decir,
pero ella se iba a la cocina para tener paz y tranquilidad.
(Ahora me pregunto si ella habrá rogado alguna vez, para que el extraño se fuera.)
Mi padre dirigió nuestro hogar con ciertas convicciones morales, pero el extraño nunca se sentía obligado para honrarlas.
Las blasfemias, las malas palabras, por ejemplo, no se permitían en nuestra casa Ni por parte de nosotros, ni de nuestros amigos o de cualquiera que nos visitase.
Sin embargo, nuestro visitante de largo plazo, lograba sin problemas usar su lenguaje inapropiado que a veces quemaba mis oídos y que hacia que papá se retorciera y mi madre se ruborizara.
Mi papá nunca nos dio permiso para tomar alcohol.
Pero el extraño nos animó a intentarlo y a hacerlo regularmente.
Hizo que los cigarrillos parecieran frescos e inofensivos, y que los cigarros y las pipas se vieran distinguidas.
Hablaba libremente (quizás demasiado) sobre sexo.
Sus comentarios eran a veces evidentes, otras sugestivos, y generalmente vergonzosos.

Ahora sé que mis conceptos sobre relaciones fueron influenciados fuertemente durante mi adolescencia por el extraño.
Repetidas veces lo criticaron, mas nunca hizo caso a los valores de mis padres, aun así, permaneció en nuestro hogar.

Han pasado más de cincuenta años desde que el extraño se mudó con nuestra familia.
Desde entonces ha cambiado mucho; ya no es tan fascinante como era al principio.
No obstante, si hoy usted pudiera entrar en la guarida de mis padres,
todavía lo encontraría sentado en su esquina, esperando por si alguien quiere escuchar sus charlas o dedicar su tiempo libre a hacerle compañía...

¿Su nombre?
Nosotros lo llamamos Televisor...

Nota:
Se requiere que este artículo sea leído en cada hogar.

¡Ahora tiene una esposa que se llama

Computadora

y un hijo que se llama

Celular!

domingo, 15 de mayo de 2011

Reflexiones dominicales

A veces pareciera que los cristianos no servimos al mismo Dios.


El Dios que yo no conozco tristemente no se parece al que otros dicen conocer.


El Reino de Dios no se mide por tener el auto que quieres o una cuenta en el banco. Ver la Gloria de Dios no es tener la iglesia más grande, con estacionamiento, servidores, un equipo de sonido costoso y músicos que toquen bien.


Las añadiduras que vienen por buscar el Reino de Dios y Su Justicia No Son SOLO económicas... es también poder y sobrenaturalidad todos los días en todas las áreas de la vida.


Señor... muéstranos tu gloria!!

martes, 10 de mayo de 2011

Fama en el cielo o en la tierra

No me importaría que no me volvieran a invitar a cantar en las plataformas. Para mi es lo mismo cantar en una misión de 5 personas o en el teatro de la ciudad pues lo único que busco es exaltar el nombre de mi Dios.

¿De qué vale el buen prestigio, el buen nombre, la fama, el aplauso y el elogio de los hombres si Dios no está contento contigo y conmigo? Vale más la sonrisa de mi Dios que mi nombre colgado en las marquecinas. No olvidemos por qué y para quién estamos. No cambiemos lo realmente importante, lo que permanece, por lo terrenal y que se desvanece. Cuidado...

¿Alguién prestó atención cuando Dios dijo que está triste? A alguien le importó? O comer y festejar es más importante? A alguien le palpitó el corazón y se llenó de tristeza y arrepentimiento por herir al dador de vida? a nuestro mejor amigo? a nuestro amado? a alguien le importa?

El Espíritu Santo es poder pero es también sensible y fácilmente se entristece, no espera mucho. Habla una, habla dos y tres veces y no vuelve a insistir. Si El se apartara de nosotros ¿lo notaríamos? ¿Percibiríamos su ausencia? O seguiríamos preocupados por la afinación, el volúmen, el uniforme o que las sillas estén bien acomodadas?

¿Qué hacer cuando el Rey del universo da una instrucción y nadie tiene interés en obedecerla? Sabremos soportar las consecuencias? Esperaremos el desastre? Dejaremos pasar la tierna advertencia esperando el fuego consumidor? Ay de aquel que cae en manos de un Dios vivo!

Nunca olvides que todo es acerca de El, para que se deleite El, para que se mueva El, para que sea exaltado y glorificado El... no para que tu nombre sea recordado ni tu talento aplaudido.

Señor, perdónanos por hacerte a un lado, perdónanos por ser insensibles a tu dolor y tu tristeza, perdónamos porque con nuestra actitud te decimos que somos autosuficientes y que no te necesitamos. Perdónanos y ten misericordia de nosotros.

Te amo profundamente Señor mío ♥

 
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