lunes, 23 de febrero de 2009

- Operación Parte 1.


Parte vanidad, parte hartazgo pero desde hace algunos meses estuve dando lata y lanzando directas e indirectas sobre la idea de operarme los ojos con láser para dejar de usar lentes.


Mis primeros anteojos los estrené en primero de secundaria con un mínimo de aumento, que paulatinamente fue incrementando. Para segundo de secundaria yo ya usaba mis lentes de contacto y para tercer año, ya me había cambiado mis ojos a un bonito color verde jeje. La verdad es que pocas personas disfrutan como yo de lentes de contacto de color que lejos de verse falsos se ven tan naturales que constantemente recibían piropos, además de que la credibilidad aumentaba cuando conocían a mi señora madre que de por si tiene en sus ojos cierta tonalidad verde.


En fin, con 3 dioptrías de miopía y un poco de astigmatismo mi papá me sacó cita con el doctor para hacerme los estudios pertinentes al Sur de la ciudad de México el diciembre pasado.


La cita fue un sábado y en verdad que ese consultorio parecía hospital de Seguro Social -o mercado-, no había un asiento disponible ¡demasiada gente aun de pie! y las asistentes de los médicos se perdían entre la multitud gritando los nombres de los pacientes. Increible.


El sistema emula a una fábrica de pan o de ensamble automotriz, van llamando de uno en uno a los pacientes primero, claro, a pagar y luego te sientan cerca de los consultorios en una salita de espera de 5 asientos, van llamando de uno a entrar a los consultorios donde hay más sillitas y esperas que te llamen, cuando se vacía un asiento no tarda mucho en ser ocupado por el siguiente en la fila y así, vas cambiando de salitas de espera y de consultorios siempre atrás de la misma gente. Al final y antes de pasar con el doctor que te asignan para la operación te sientan en otra fila de sillas y la enfermera pasa colocandonos gotas en los ojos a todos los que estamos sentados, espera unos minutos y repite la operación. Y así esperas que te llamen.


Me entregaron mis estudios y mi diagnostico diciendo que soy -Candiato viable a operación- y me explicaron de los riesgos que en su mayoría suceden "una vez entre un millón y por mi edad muy improbable" y después reservaron el quirófano en la fecha indicada.


Y así, por fin tenía fecha fija para mi primer operación y mi primer cita con el quirófano. LLegé con mi papá a México ese día después de pasar la noche en el autobús para el estudio y por la tarde, con mi felíz diagnóstico, ese mismo día por la tarde me encontraba viajando en "N" número de líneas del metro subterráneo con dirección al Aeropuerto. Entre algunas compras y mala organización, perdimos el avión por cosa de unos 10 minutos así que tuvimos que comer en el aeropuerto y pagar recargos y llegar de vuelta a casa 3 horas después de lo planeado, con todo y escala técnica para trasbordar de avión a autobús. Si, la aventura del aeropuerto se cuenta en 3 renglones pero la verdad es que fue todo un show, gastamos dinero de más y a parte me toco encontentar a mi papá por el coraje que hizo. Lo único que regresó feliz a casa fue mi diagnóstico y el montón de detalles que compré en la librería cristiana.


De vuelta en casa solo esperabamos 4 días más para emprender el viaje de regreso México.

 
template by suckmylolly.com flower brushes by gvalkyrie.deviantart.com