Génesis 3
Este capítulo de la Biblia es como un espejo de lo que el Señor hizo por nosotros en la cruz. Primeramente vemos como Adán y Eva, cayendo en desobediencia, pecaron y entonces descubrieron su desnudez, se sintieron expuestos y avergonzados por lo que deciden tratar de esconderse de la Presencia de Dios. Cuando se desobedece a Dios, sobre todo después de haberle conocido, uno siente en el espíritu esa vergüenza y esa horrible sensación por haberle fallado a Dios. Este sentir lo pone el Señor para arrepentimiento pero muchas personas en lugar de arrepentirse tratan de ir “tapando” sus pecados con sus obras, con palabra de hombre, con argumentos y justificaciones (es decir, con “hojas de higuera” como trataron de cubrirse Adán y Eva) y en lugar de acercarse a Dios, cada uno busca sus propios remedios y es aquí cuando se cae en poner nuestros ojos y nuestra fe en hombres, en hechicería, en brujería, en idolatría, lo que no hace más que alejarnos más de Dios.
Este capítulo de la Biblia es como un espejo de lo que el Señor hizo por nosotros en la cruz. Primeramente vemos como Adán y Eva, cayendo en desobediencia, pecaron y entonces descubrieron su desnudez, se sintieron expuestos y avergonzados por lo que deciden tratar de esconderse de la Presencia de Dios. Cuando se desobedece a Dios, sobre todo después de haberle conocido, uno siente en el espíritu esa vergüenza y esa horrible sensación por haberle fallado a Dios. Este sentir lo pone el Señor para arrepentimiento pero muchas personas en lugar de arrepentirse tratan de ir “tapando” sus pecados con sus obras, con palabra de hombre, con argumentos y justificaciones (es decir, con “hojas de higuera” como trataron de cubrirse Adán y Eva) y en lugar de acercarse a Dios, cada uno busca sus propios remedios y es aquí cuando se cae en poner nuestros ojos y nuestra fe en hombres, en hechicería, en brujería, en idolatría, lo que no hace más que alejarnos más de Dios.
De la misma manera, Adán y Eva sintieron esa vergüenza y malestar y en lugar de hablar con Dios, corrieron a esconderse y a “taparse” haciéndose vestidos de hojas de higuera u hojarasca (como se dijo anteriormente, las obras de la carne, pecado, justificaciones, excusas)
En el versículo de Génesis 3:21 vemos como Dios en Su misericordia mata a un animal: DERRAMA SANGRE para vestirlos de nuevo.
De la misma manera, Dios mando a Su hijo Jesucristo a morir en la cruz por ti y por mi, derramó SU SANGRE, toda, hasta la última gota, para quitarnos nuestras ropas hechas de hojarasca y darnos vestiduras nuevas, limpias y resplandecientes con las que podemos entrar y habitar en Su presencia.
Génesis 3:22 muestra la prohibición del hombre de acceder o entrar al árbol de la vida. La vida es Jesús y no podemos llegar a El a menos que reconozcamos Su sacrificio, no podemos disfrutar de esa vida plena y eterna que nos ofrece mientras estemos vestidos con hojas de higuera; necesitamos desechar esa ropa vieja y de vergüenza para vestirnos con Su sangre preciosa, para lucir esa vestimenta limpia, resplandeciente, sin arruga y sin mancha que El preparó para cada uno de nosotros con la que somos bienvenidos ante El. Aleluya!
1 efectos secundarios:
hola jessy!
espero estés bien amiga mia, hace tiempo que no se de ti, espero que me visites algún día en el blog...
bueno, te dejo por ahora, un gran abrazo desde chile.
con cariño, Mick!
Publicar un comentario