(¯`·.¸¸.·>> El Defensa del equipo

Lucas 21:14-15
“Proponed en vuestros corazones no pensar antes cómo responder en nuestra defensa.
Porque yo daré palabra y sabiduría, la cual no podrán resistir ni contradecir todos los que se opongan”

Dios siempre hace las cosas con un plan perfecto. Cuando nos envía a evangelizar, cuando lleva almas a nosotros, debemos desechar el miedo y los nervios de no saber qué o cómo hablar, pues Dios pondrá la palabra precisa y la sabiduría necesaria en nuestros labios para que Su propósito se cumpla.

Por otro lado habla de “nuestra defensa”, es decir, que aun ante situaciones que atentan contra nosotros y nuestras convicciones, ni siquiera debemos molestarnos en defendernos o buscar argumentos que nos devuelvan nuestro lugar. Nada de buscar “donde duela”, nada de sacarle los “trapitos sucios” a las personas o hacer recriminaciones pues si es por el nombre del Señor, El mismo se encarga de poner esa palabra precisa en nuestra boca que nos defienda en amor y aun sembrando algo en nuestro agresor.

El nos defiende, es como el león que se interpone entre el predador y sus crías que sólo se quedan quietas esperando que el Padre sea quien haga las cosas.

Aun cuando somos víctimas de injusticias y vituperaciones, aun en aquellos casos donde una palabra no resuelve nada y guardamos silencio, Dios sale a nuestra defensa, Dios cambia el panorama, ese jefe injusto es removido de su puesto, ese chisme es aclarado, esa injusticia es puesta en evidencia, etc.

Analiza cómo eres ante las situaciones difíciles y estas revelarán tu corazón. ¿Qué contestas cuando alguien te ordena algo?¿Cómo reaccionas cuando alguien te hace ver un defecto?¿Qué haces cuando cometen injusticia contra ti?¿Cuándo hablan mal de ti?¿Cuándo tus hijos rompen algo costoso?¿Cuándo el tráfico es pesado o te topas con un mal conductor?¿Cuándo un perro te ladra?¿Cuándo tu jefe te hace una mala pasada?¿cuándo los compañeros de trabajo o vecinos hacen burla de ti y tu fé? Situaciones tan simples y cotidianas como estas nos pueden revelar cómo estamos y también son una oportunidad para dejar que Dios moldee nuestro carácter mientras guardamos silencio, mientras conservamos el gozo y la paz, mientras esperamos pacientes que sea Dios quien nos defienda, que sea Dios quien hable por nosotros.

No hablemos en nuestra carne, en la emoción y el calor del momento, esperemos que sea el Señor quien hable por nosotros defendiéndonos, dándonos la paz y hablando también a las vidas de nuestros agresores. Selah...

.-. SI LO QUE VAS A DECIR NO ES MAS BELLO QUE EL SILENCIO, NO LO DIGAS .-.